Monday, April 03, 2006

La celula que explota

¿Cuántas veces te han cambiado de nombre en la escuela? Muchas, pero lo peor no es en la escuela, sino en tu trabajo, en tu casa, en tu cuadra, en todos lados. Todos te cambian de nombre. Ya me imagino, tus padres pasaron días, semanas incluso pensando el mejor nombre para ti y pácatelas, te cambian de nombre y te ponen un alias.

Lo mismo pasa con nuestros aparatos. Por ejemplo, es clásico que a los celulares les llamen células... "pásame tu célula". Pero también poco a poco se convierten en genéricos. Las marcas de celulares tienen un pequeño problema, que no sé exactamente si se han dado cuenta - los empresarios megamultimillonarios, que posiblemente mientras no dejen de vender, no les importe - que los nombres de sus aparatos celulares terminan siendo como el nombre de la marca que los creo.

A lo que me refiero es que no andas por la vida diciendo: "oh, mi 2378 está suene que suene", en realidad lo que dices es: "mi nokia está suente que suene". ¿Entonces para qué ponerle números tan diversos? En el caso de los celulares pasa un fenómeno inverso al de los autos, en los autos los mercadólogos quieren comunicar algo: poder, velocidad, sensación.

En el caso de los celulares es más para identificar modelos, 2890, 4678, 2883, etc. Un sentido un poco innovador es Motorola, con su Pebel, que significa "piedra". Lo que representa un área de oportunidad, pero ¿para que gastarse millones de dólares posicionando un teléfono que en 6 meses será obsoleto y tendremos que obligar la mente del consumidor para posicionar otro?

Sin duda, es la pregunta del millón de dólares...

I am, allmkt IT

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